La casa árabe de Zafra, ubicada en el barrio del Albaicín declarado Patrimonio Mundial en 1994, constituye uno de los ejemplos más relevantes y mejor conservados de la arquitectura andalusí de carácter residencial. Los valores culturales del inmueble llegado hasta nosotros son numerosos. En ella, encontramos valores históricos, artísticos, arquitectónicos y paisajísticos de primer orden.
En su origen estaba integrada en el espacio urbano que configuraba el recinto de la Granada Andalusí, concretamente en el llamado barrio de Axares (del Deleite), que debió de ser uno de los barrios nobiliarios de importancia de la Granada Hispanomusulmana, siendo este inmueble ejemplo arquitectónico que ha mantenido su carácter eminentemente de origen nazarí a pesar de las diversas transformaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo.
La arquitectura del inmueble que nos ocupa, fechado en el siglo XIV y ampliada en el siglo XV, representa a la perfección la tipología de casa nazarí organizada en torno a un patio rectangular, con alberca central, de eje longitudinal norte‐sur marcado por la presencia de pórticos enfrentados en dichos lados menores que anteceden a las salas nobles de la vivienda.
Su entrada se realiza a través de un zaguán en recodo para evitar la visión directa desde el exterior y salvaguardar la intimidad doméstica que da acceso al patio, el cual se convierte en el elemento distribuidor a las diferentes estancias de la casa.
Entre los elementos artísticos originales que se han conservado encontramos columnas, capiteles, arcos festoneados, angrelados y gallonados, albanegas decoradas con rosetones y estrellas de ocho, atauriques, solería de mármol, pies derechos con zapatas, armaduras y alfarjes con restos de policromía entre otros; destaca la presencia de restos de pintura mural nazarí, que le confiere una singularidad que no tienen otras casas de carácter musulmán conservadas en Granada. Están situadas en el ala sur de la casa y se corresponden con la misma tipología que las expuestas en algunas estancias de la Alhambra.
El excelente estado de conservación que ha adquirido la casa después su restauración permite que el visitante perciba claramente la fisonomía de las casas nobiliarias tradicionales de la época nazarí.